En República Dominicana, la violencia contra la mujer sigue siendo una de las principales amenazas sociales que demanda acción desde el sector empresarial.
Así lo destacó el doctor Luis Vergés Guzmán, presidente fundador del Centro Profesional Psicólogos Unidos, durante la conferencia «Voluntariado corporativo al servicio de una sociedad libre de violencia contra la mujer«, organizada por Servir-D.
El experto señaló que la violencia de género requiere un abordaje integral, donde el sector privado y el voluntariado corporativo juegan un papel clave para impulsar la educación y la sensibilización en todos los ámbitos de la sociedad.
Cada vez más jóvenes:
El perfil de las víctimas y los agresores muestra una tendencia preocupante. Los agresores tienen un promedio de 38 años, mientras las víctimas 31, lo que significa que muchas mujeres son asesinadas en plena etapa productiva de sus vidas.
La mayoría de las denuncias proviene de mujeres entre 26 y 35 años, y en un 65 % de los casos existen hijos en común, lo que agrava el impacto emocional y social, explicó Vergés, agregando que la exposición a la violencia en la infancia y los entornos familiares disfuncionales son factores que alimentan este ciclo.
Una de las raíces más profundas del problema es la persistencia de creencias machistas y distorsiones cognitivas que justifican o normalizan la agresión y evidencian la necesidad urgente de educación y transformación cultural desde todos los sectores.
Para enfrentar la violencia contra la mujer de manera efectiva, el doctor refirió que la estrategia debe centrarse en cuatro ejes: prevención, tratamiento, persecución y reparación.
La prevención requiere la participación activa de la familia, la escuela, las comunidades y los medios de comunicación, mientras que la reparación de las víctimas implica brindar atención psicológica, acompañamiento integral y oportunidades de reinserción social y laboral.
Llamado empresarial:
La violencia de género es un tema que también concierne a las empresas, ya que reflejan y, en ocasiones, amplifican las desigualdades sociales. Pueden ser espacios donde ocurre violencia, por lo cual, tienen una responsabilidad tanto legal como social para prevenirla y enfrentarla.
Además, este tipo de violencia impacta de manera negativa el ambiente laboral, la productividad y la reputación de la organización.
«Las empresas tienen mucho que aportar para que juntos podamos impactar favorablemente en la sociedad dominicana, avanzando hacia la eliminación de la violencia y la construcción de una cultura de paz«, sostuvo, a su vez, Soraya Lara, presidenta del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas, quien también participó en la conferencia.
